Diario de AT

Cuadernos de rodaje de "Alatriste" en Úbeda y Baeza

lunes, mayo 16, 2005

5/05/05 - Hasta aquí podíamos llegar.

Hoy es un día importante. Al final he decidido dejar esta cara producción española. Como dice mi amigo Zorro X, me ha dado por dejar plantado al mismísimo Rey de Gondor.

La cosa es que no he dejado plantado a nadie, y mucho menos al Rey de Gondor. Lo único que he buscado simplemente es dar salud mental a mi estresado coco, lleno de situaciones represoras y agobiantes que sencillamente no debía de aguantar ni un minuto mas, según mi situación personal: tengo un trabajo fijo y estaba aquí para echar una mano, algo que supongo algunos superiores no debían de entender.
Y con echar una mano no quiero decir trabajar menos. De hecho a mi el trabajo no me estresa lo mas mínimo. Con esto de echar una mano quiero dejar claro que yo no tengo por que aguantar malos modos ni gritos de nadie, por que básicamente este no es mi trabajo, y no tengo por que hacerlo (si tuviese que ganarme la vida en esto, otro gallo cantaría, desgraciadamente).

¿Pero como ha pasado?

Esta mañana me he levantado tempranito. Ayer me dijeron que mi cometido hoy seria echar una mano en rodaje.
Una vez en campamento he buscado a Nuria, que seria la responsable de todo este tinglado para mi departamento de localizaciones.

El caso es que ella ya tenia bastante con organizarse para saber que hacia conmigo, así que he estado deambulando por el Campamento charlando con los vigilantes de allí, y alguno del equipo técnico.

Al poco rato un superior me ha llamado para ver que estaba haciendo. Yo le he dicho que estaba esperando alguna orden para ver lo que hacia. Así que me han destinado a echar una mano a Raquel, para ir retirando todos los utensilios nuestros de Las Carmelitas, ya que la producción se desplaza mañana a Baeza.


Cuando os dicen que no cerreis los ojos en las fotos, haced caso
pues se os puede quedar cara de tonto junto a Enrico Lo Verso.


Así que eso he hecho. Al final he ayudado a Raquel. De nuevo Raquel demuestra que es una persona encantadora con la que no me importaría trabajar mucho años. Que pena que no todos mis compañeros o más bien superiores (por que así marcan la diferencia, algo que dejan claro en sucesivas regañinas por algo que uno debe de saber de forma innata, supongo), sean como ella.

Una vez el camión se va a Baeza, yo decido volver a Campamento a ver en que puedo ayudar.

En ese momento me encuentro con mi compañero y amigo Leo, Coordinador de Cultura del Ayuntamiento de Ubeda.
Los figurantes.


Me dice que quiere entrar a ver el rodaje de hoy: Una escena importante del guión, que tiene lugar en Santa María.

Así que gracias a el ya tengo un motivo para entrar y ver todo el rodaje.
Pero antes debo de contactar con mi superior en Ubeda (por ahora ya cuento con cuatro superiores, solo en mi departamento, flipadlo), para que pueda conseguir dejar pasar a Leo.

La encontramos y se lo contamos. Esperamos mas de 10 minutos y la muchacha directamente no aparece.

Viendo el éxito, tomo de nuevo las riendas del problema (como otras tantas veces en este departamento), dirigiéndome directamente a rodaje. Allí hablo con Paco, el muchacho con el que compartí impresiones el 1 de Mayo (si, Paco era el que había trabajado gratis en tres películas españolas), y gracias a el podemos entrar sin problemas.

Evidentemente dentro de rodaje no debe de sonar nada electrónico, y con esto me refiero a móviles y walkies, mas que nada por que en la época de Alatriste no se estilaba estos aparatejos.
Así que apagué todo atisbo de aparato electrónico. Móviles y walkies.

El walkie no tendría que apagarlo si hubiese tenido un pinganillo, pero como andábamos escasos de medios, aunque no lo parezca, solo tenia la posibilidad de escucharlo a pelo.
Así que tenia que estar junto a Leo, para que alguien en rodaje observase que tenia a un responsable con acreditación a su cargo, y que el pobre no se había colado allí vilmente.
Durante nuestra estancia en el set pudimos ver una de las escenas más bonitas e interesantes que habían tenido lugar en Ubeda.
Los magos de Alatriste, habían conseguido que dentro de una Iglesia tan típica de Ubeda como Santa María, lloviese.

El día era soleado, pero con una habilidad insólita, estos magos habían conseguido que dentro del claustro de Santa María la luminosidad fuese propia de un día de lluvia.

De actores teníamos a casi todos los más importantes: Viggo Mortensen, Eduardo Noriega, Ariadna Gil, Enrico Lo Verso y Francesc Garrido.
Franscesc Garrido empezaba la escena tal y como la habíamos pillado. El pobre se puso chorreando mas de una vez con la lluvia artificial.

Detrás aparecía Eduardo Noriega y cerca de uno de los arcos del claustro de Santa María se encontraba Viggo.
Los tres se enzarzaban en un duelo después de unas frases chulescas y un tanto cansinas de Viggo.
Se abalanzaba sobre mi una sensación contradictoria. Viggo sonaba raro soltando su texto en Castellano. En sucesivas escuchas uno empezaba a sacarle el gusto a esa voz rajada de Viggo, una voz rajada que había puesto estupendamente para la ocasión.

Durante unas horas contemplamos ensimismados esta magnifica escena en un lugar no menos impresionante.
Viendo que ya había pasado una horita, y que ya habían controlado a Leo, me dirigí a la organización y les comente que dejaba a Leo solo para yo dedicarme a otros menesteres.
Una vez salí del set de rodaje me encontré al conectar de nuevo el móvil con que tenia la friolera de 10 mensajes, de alguien que se había puesto en contacto conmigo. Uno de mis superiores.
Una vez llame a este me cayo una buena.

Durante cinco minutos tuve que aguantar estoicamente un rapapolvo de mi superior, por algo que se supone, hice mal: desconectar el móvil para no encontrarme.

Cada cosa que yo argumentaba (no iba a dejar el móvil funcionando en rodaje, ni aunque fuese en vibración, pues ya sabemos que magníficos son los móviles para emitir ondas que interfieren con otros aparatos electrónicos) chocaba irremediablemente con un muro.

Básicamente es que NO tenía razón, y ya esta. Algo que resentimiento ante mi, en referencia a mi inconformismo con otro superior en unos días anteriores hizo acto de presencia en algunos comentarios. Supongo que ellos pagan por callar, trabajar y recibir.

Unos figurantes impresionantes.
Durante esos cinco minutos pase de una sensación de pasotismo y asumir a que yo tenia toda la culpa, a una sensación de hasta los huevos, de una injusticia total, que me hizo dedicarle a mi superior unas tranquilas palabras: Creo que lo mejor para el grupo es que yo lo abandone. Dejo la película. (Supongo que había estado demasiado tiempo engañandome y aguantando todo esto).

Ante estas palabras mi superior retomó otro camino. Se dio cuenta que por ahí no iba a ningún lado. Me dijo que no era para tanto. Claro, no era para tanto para una persona que no llevaba cuatro semanas aguantando a mequetrefes que cuando no les salía lo que hacían vertían todo su estrés y mal humor en sus inferiores. Aquí no solo se pagaban a quita vergüenzas, sino también a quita penas.

Pero en ese momento cualquier cosa que me dijese no iba a cambiar mi opinión. Me iba.

Poneos en mi situación: tengo mi trabajo fijo, me cojo mis vacaciones (de un mes) solo exclusivamente para trabajar en la pelicula. Estoy cuatro semanas recibiendo directrices que me parecen absurdas. No se me escucha cualquier idea o planteamiento que pueda dar para mi trabajo.... y encima se me echan rapapolvos. Esto es lo ultimo. No tengo necesidad de aguantar esto, sinceramente, y mas después de ver todo lo que he visto en la producción de la película. Hasta aquí llegamos.

Llamo a mi superior-superior (si, uno se da cuenta que en estas películas hay demasiados jefes), un tío estupendo que realmente o no sabe que pasa en su departamento o no quiere saberlo, pues todo los demás departamentos, con los que me he relacionado sin problemas, están al tanto de la poca eficacia de mis superiores intermedios. El ya sabia que a las dos semanas estuve a punto de dejarlo. Una vez le confirmo mi cese definitivo no puede dejar de expresarme su decepción, pero también su comprensión.

No tengo ningún problema con el, ninguno, salvo tal vez el cerrar los ojos ante una forma de trabajar que el asume por que si, por que siempre se ha hecho así, aunque no sea la correcta, pero tal vez es la que es más eficaz para el. En fin, yo no aguanto malos modos y se lo dejo bien clarito.

En estos momentos valoro aun más mi trabajo diario, valoro aun más a mi superior, que en ningún momento me ha tenido un mal modo, y valoro mucho mas el trabajar en el y dejarme de pensar en un futuro en la industria del cine. ¿Quién quiere trabajar así?

Mi jefe, en un acto que le honra, me dice que me va a dejar dado de alta unos días mas, pero me pide que ayude a cerrar el campamento de Ubeda: Cuando se vaya el ultimo camion tu habras terminado. Gracias de veras.

Eso será mañana.

Por fin Mañana tendré la libertad que tanto he notado que me faltaba estas cuatro semanas.