Diario de AT

Cuadernos de rodaje de "Alatriste" en Úbeda y Baeza

jueves, abril 28, 2005

Preámbulos

Hoy empezamos este diario de Rodaje de una de la películas más importantes de la cinematografía española: Alatriste.

Basada en las novelas de Arturo Pérez Reverte, Alatriste es la típica película de aventuras, donde los duelos a espadas y los héroes valerosos dominan el relato.

¿Pero es la típica producción cinematográfica española?

Eso intentaremos comprobar a lo largo de todo nuestro diario de rodaje.

Unas semanas de preámbulos.



Un día me ofrecieron la posibilidad de trabajar como Meritorio de Producción en Alatriste.
Tendría lugar en Úbeda y Baeza, y necesitaban una persona de la zona con cierto conocimiento cinematográfico, para poder desenvolverse con facilidad por estas ciudades.

Mi trabajo se conoce técnicamente como Runner, un Corredor o un Todo terreno. Yo prefiero ser más humilde y llamarme IBM, es decir, un IBM para alla, o IBM por esto.

El caso es que el trabajo de Meritorio de Producción para una persona con ciertas sensibilidades artísticas es complicado, y sobre todo estresante.
Durante las dos primeras semanas de trabajo, mi labor ha sido de apoyo al equipo de Localizaciones de Alatriste, formado por Salvador, Arantxa y Belén.

Las primeras dos semanas han sido realmente tediosas, y aburridas. Tal vez una persona que se motive con estas labores de producción esté realmente en su salsa, pero yo soy una persona de fuertes inquietudes artísticas, y mis aspiraciones técnicas están fuera de mis más claras intenciones de dedicación futuras. Yo tengo mi trabajo, y esto es un simple pasatiempo, donde se trabaja mucho, y estresado.

Por lo tanto, las dos semanas de preparativos, contratando agua para determinados palacios rehabilitados para la ocasión (El Palacio del Marques de Guadiana), controlando peonadas (donde uno se divierte infinitamente más con peones que o bien están aquí por placer o por pura necesidad), u organizando la descarga de camiones de vestuario o de atrezzo, fueron un mero preparativo, una forma de curtirme y de comprobar mis límites, para los días de rodaje, infinitamente más divertidos para una persona con, repito, esas inquietudes artísticas.

Durante esas dos semanas, ciertas idiosincrasias de este mundo se han abalanzado sobre mi, destrozándome todos los valores que tiene el mundo del cine.

El mundo del cine, por lo menos el que yo he visto, es mucho más desmitificador que cualquier otra cosa que uno se pueda imaginar.
Una película es una gran empresa, con sus secciones, donde cada una tiene sus problemas y sus satisfacciones.
Es sorprendente ver cómo hay gente que es humilde y se ve una trabajadora sin más (aunque luego hagan decorados que son de una genialidad aplastante), cómo comprobar que hay niñatos que se creen los próximos Amenábar (no saben que la humildad es una de las necesidades primarias para hacer de alguien un triunfador, por lo menos de cara a un publico potencial), endiosados por un mundo donde un mero recuadro encumbra a un ser de carne y hueso al estrellato sideral.

Es entonces cuando si no amas mucho este mundo, uno experimenta unas ganas irrefrenables de visitarlo unas semanas, a modo de vacaciones (que es lo que realmente tengo yo actualmente), y después desaparecer con una nueva experiencia en tu bolsillo mental. Fue divertido mientras duró, pero no para mí.

Uno que vive ensimismado con la magia de esa escena de despedida de Casablanca, o esa escena de lluvia jocosa de Gene Kelly en Cantando bajo la lluvia, se encuentra de bruces con los sinsabores de una realidad demasiado elevada, cuando en la realidad uno encuentra personas de carne y uso, reflejo de una sociedad con sus claroscuros y sus tonalidades.

Pero antes de empezar con este diario de rodaje no puedo por menos que dar las gracias a todas aquellas personas que han hecho que yo este aquí, con la posibilidad de ver cumplido no un sueño, pero sí una experiencia realmente deseable.
Dar las gracias a Leo por encima de todos, a Salvador por su humildad y por sus sabias palabras en determinados momentos de crisis, donde estuve a punto de tirar la toalla.

A Antonio y Pepe, dos concejales que demuestran que tal vez todos los políticos no son "políticos", y que si todos fuesen así, Úbeda estaría de otra manera (mejor).

A Miguel, el jefe de prensa de Úbeda, un tío trabajador, claro, y que me ha ayudado sin pedirle nada a cambio (y lo que te queda para nuestro congreso).

A Paco Migue, Blas, Lolo, Fede, Alberto y Pollo, gente que empezaron a través de un servidor en este mundo, y que sin ellos todo esto hubiese sido algo realmente desquiciante. ¡¡Vosotros sí que sois las verdaderas estrellas de esta película!!