Diario de AT

Cuadernos de rodaje de "Alatriste" en Úbeda y Baeza

sábado, mayo 07, 2005

29/04/2005 - El duelo

Localización: Casa cercana a la Plaza 1º de Mayo (segundo día de rodaje) y Plaza de Santo Domingo.

Horario: de 16 h a 4 h aproximadamente.

Argumento: Varias escenas en la casa de Diego, y un duelo de espadas.

Actores: Viggo Mortensen, Pilar Lopez de Ayala, Unax Ugalde, Javier Camara, Enrico Lo Verso.



Esta claro que toda película tiene escenas decisivas, y por ahora en Úbeda no habíamos tenido la oportunidad de ver ninguna. Hasta hoy.

Hoy teníamos dos sets de rodaje. El primero continuaba la escena que se había quedado inconclusa del día anterior en la habitación de Diego, nuestro protagonista (Alatriste, para aquellos que no hayan leído el libro).

Para ello, Ari, el 2º Ayudante de producción, había sido claro: debíamos de mantener un cerco mucho más efectivo que el día anterior.

Para ello eche mano de mi experiencia pretérita en los cortos, sobre todo en cortes de calles (no es por nada pero un ubetense es el mejor para saber donde debe de cortar los accesos de su ciudad). Pero sobre todo, ignore cualquier mandato que viniese de mis superiores de localizaciones pues el día anterior seguí a rajatabla todo lo que me ordenaron y fue un verdadero caos, confirmado por un superior como era Ari (repito, un tío excelente).

Así que recogí a todos los peones y organice un cierre de la calle de rodaje totalmente blindado, algo que se tradujo en un rodaje mucho más rápido alejado de cualquier ruido incomodo.
Al final las escenas que faltaban se rodaron rápidamente, incluyendo a un Iñigo de niño y de adulto, y la primera escena de Pilar López de Ayala (muy delgada) en Úbeda.

Todo salió a pedir de boca, y Ari me agradeció la buena organización que habíamos tenido a la hora de llevar a cabo esta escena.

Desde ese momento me di cuenta que si quería hacer bien mi trabajo iba a tener que meterme en muchos problemas con mis superiores, personas que para nada eran conocedoras de lo que era realmente el cine, algo que sencillamente mas de un peón tenia metido en sus carnes, en su alma y en sus sentidos.

A partir de ese día me genere mas de un problema con estos coordinadores de localizaciones, que parecían saber mucho mas del momento de rodaje y eso que estaban bastante alejados del set.
Una persona que ha vivido el cine desde su infancia, que ha luchado por sacar adelante una idea delirante con recursos ínfimos, desarrollaba una lucha en su interior, viendo como cualquier ofrecimiento, opinión o plan de trabajo se rechazaba sin más. Se rechazaba a personas que más que ninguna, sabían como funcionaba su ciudad, sus gentes y su cine.

Una lastima.



En ese momento decidí plantarle cara a aquellos que habían desestimado mis ofrecimientos, mis ideas por el bien de una película, que sinceramente, no era mía, y por la que no me tenia que tomar pollos a pelar. Lo hice por que asi me sentía mucho mejor, por que era fiel a mi mismo.

Así que recurrí siempre a aquellas personas que más me escuchaban, que me trataban como un igual o que simplemente me atendian. recurrí de nuevo a Ari para cerrar los accesos de la nueva localización. En este caso era la plaza de Santo Domingo, un lugar que guardaba en su seno una de las escenas más importantes de la película: Un duelo.

Esta plaza si era bien cerrada era un acceso infranqueable. Y así busque cerrarla.
Para el caso casi todos los vigilantes estaban o bien cenando o cambiando el turno, por lo que tenia un numero operativo de personas muy limitado.
Menos mal que la policía local hecho una estupenda mano (eso si, unas horas extras pagadas por la productora gracias a la firmeza de nuestro Concejal de Trafico).



Una vez vi que había vigilantes que debían de estar trabajando pero no aparecían por ningún lado, llame rápidamente a mi compañero Paco para que me mandara a todos los vigilantes que podía utilizar para tal fin.
Paco, en un ejercicio de efectividad (como casi todo lo que ha hecho en esta película), mandó a varios vigilantes a esta zona, por lo que no estuve demasiado tiempo cubriendo a uno de ellos que había terminado su turno y que no había tenido relevo.

Después, y viendo el panorama enrarecido hacia mí esa misma tarde (por los motivos anteriormente comentados) decidí irme a rodaje y ver la escena en toda su intensidad, pues era lo menos que podía hacer esa noche (donde varios superiores habían abandonado ya Úbeda para dirigirse a su ciudad de origen y pasar allí el fin de semana).

El duelo era magnifico. Una coreografía perfectamente ejecutada por los actores (Unax y Enrico), que demostraban que eran igual de buenos plásticamente, en el uso de las armas.

En uno de los descansos entre toma y toma, pude ver la mano de Unax, totalmente vendada a causa de los incansables ensayos con el florete. Menudo profesional.

Para terminar esta magnifica velada, disfrutamos también de la presencia de Javier Cámara y Viggo Mortensen, que una vez aseados, decidieron volver al set de rodaje para no perderse esa maravillosa escena.